Todos hemos escuchado la típica frase: “en la mesa no se habla de política, religión o fútbol”, pero ¿qué tan acertada es? Pasamos mucho tiempo con temor de abordar estos temas, pero ya es hora que invitemos la política a nuestra mesa.
La política forma parte de cada aspecto de neustra vida, pero la mayoría de las veces no nos atrevemos a que forme parte de nuestra conversaciones cotidianas. Por lo genera lo evitamos para no entrar en discusión, pero esto hace que perdamos la oportunidad de crear un debate sano. Cada uno de nosotros percibimos diferente la realidad porque hemos tenido diferentes experiencias, por eso es importante que traigamos esto a la mesa y lo compartamos.
Hablar sobre lo que hacen las personas que nosotros pusimos en el poder es parte de la formación cívica. Tenemos que tener presente que nuestras acciones de cada día construyen nuestra formación y la de quienes nos rodean. Si promovemos conversaciones en donde discutamos lo que sucede entenderemos mejor nuestra realidad. También sabremos qué podemos hacer para incidir en la agenda política si no estamos de acuerdo con algo.
Por evitar tocar temas políticos puede que no sepamos cómo abordarlos, por eso compartimos consejos para la próxima vez que invitemos a la política a la mesa.
¿Cómo empezar?
- Como en toda conversación es importante que seamos respetuosos hacia las opiniones de los demás. Tratemos de dejar nuestros sesgos a un lado y no juzguemos a quienes hablan. Disfrutemos este tiempo en donde podemos conversar y aprender.
- No escuches para debatir, sino para entender. En lugar de enfocarnos en persuadir a que otros piensen como nosotros, enfoquémonos en comprender su punto de vista y experiencias.
- Compartamos el tiempo para que todos puedan participar. Una mesa no está completa si solo algunos hablan, para comprender mejor la situación y crear un diálogo de formación es importante que todos tengan un espacio para expresarse.
¿Te animas a invitar a la política a la mesa?