El Día Cívico de reforestación se llevó a cabo en un terreno, donde al llegar nos explicaron acerca de la importancia de los árboles, que funcionan no solo como productores de oxígeno, sino también como una barrera que evita los deslaves. Ahí mismo pudimos notar el involucramiento de la misma comunidad en estos temas que afectan a todos, al igual que comprendimos la importancia de actuar y tener iniciativa, impulsados por el deseo de ver verdaderamente un cambio en nuestros espacios.
Reforestación y trabajo en equipo
Al comenzar a trabajar en la reforestación recibimos ayuda de las personas de la comunidad, inclusive los niños, quienes quisieron involucrarse activamente y ser parte del proceso. La organización fue clave para poder llegar a nuestro objetivo, plantar 200 árboles. Mientras algunos se dedicaron a cavar los agujeros, otros organizaban la distribución de los árboles a lo largo del terreno, por lo que durante todo el proceso no hicieron falta personas dispuestas a colaborar, lo que nos permitió lograr con eficiencia nuestro objetivo.
Esta oportunidad también nos permitió conocer más a fondo sobre el proceso de reforestación, siguiendo los consejos prácticos dados por las personas del lugar acerca del cuidado y el mantenimiento de los árboles. Sin dudas una gran lección acerca de cómo la unión de esfuerzos entre personas que poseen distintas aptitudes puede lograr una gran diferencia.
Finalmente, nos fuimos del lugar con la certeza de que en ese espacio no solo quedaron plantados 200 árboles, también quedó marcado el inicio de un cambio de iniciativa en cada uno de los integrantes, además de un ejemplo de cooperación y trabajo en equipo.
Por Sofía Pérez, integrante del MCN