Las últimas elecciones reflejaron una crisis de confianza en las instituciones y en el proceso democrático ya que 40 millones de ciudadanos decidieron no votar. De quienes sí participaron, 24 millones optaron por alternativas distintas al partido de gobierno, mientras que otros 36 millones votaron por la continuidad del régimen actual de Morena. A pesar de la polarización política que se vive en el país, el gobierno mantiene un “voto duro” basado en beneficios sociales y ejerce el control sobre la mayoría de los estados, lo que le otorga un margen considerable para impulsar reformas constitucionales sin una oposición real dentro del gobierno.
Principales Propuestas de la Reforma Judicial
La reforma judicial impulsada por Morena incluye medidas que amenazan la independencia del poder judicial. Algunos de los puntos más controvertidos son:
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• Elección popular de cargos judiciales: se propone que los ministros de la Suprema Corte de Justicia, magistrados del Tribunal Electoral, y otros cargos judiciales de alto nivel sean elegidos directamente por voto popular, a partir de una lista propuesta por el poder ejecutivo y avalada por una mayoría en el poder legislativo.
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• Reestructuración de la Suprema Corte: se plantea reducir el número de ministros de 11 a 9, eliminando requisitos como años de experiencia y conocimientos especializados, elementos clave que garantizan la calidad y autonomía de las decisiones judiciales. Además, se eliminarían las Salas de la Suprema Corte, lo que afectaría su operatividad.
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• Eliminación de amparos contra Leyes: se contempla limitar los amparos y suspensiones contra leyes, impidiendo que los ciudadanos impugnen normas que consideren contrarias a sus derechos. Esta es una medida qrestringe gravemente el derecho a la defensa y la protección de los ciudadanos frente a potenciales excesos del poder legislativo.
Se pierde la separación de poderes
La reforma judicial en México representa una amenaza directa a uno de los principios fundamentales de cualquier república: la separación de poderes. La concentración de poder en un solo partido y la erosión de la independencia judicial no solo debilitan al sistema de justicia, sino que también crean un ambiente de incertidumbre y temor, donde las decisiones judiciales podrían ser influenciadas o controladas por intereses políticos.
Una verdadera República necesita los contrapesos para garantizar la libertad de sus ciudadanos.
Impacto de la Reforma
La centralización del poder y la eliminación de controles en el sistema judicial abren la puerta a prácticas autoritarias. Al permitir que el poder político controle a los jueces y a los ministros de la Suprema Corte, se crea un sistema en el que la justicia podría servir a intereses partidistas en lugar de actuar en defensa de los derechos y libertades individuales.
Esta reforma no solo reduce la confianza pública en la justicia, sino que también socava los principios republicanos que México ha defendido por décadas.
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