En la semana del 17 al 22 de marzo proyectamos el documental El Pueblo Soy Yo: Venezuela en Populismo dirigido por Carlos Oteyza y producido por Enrique Krauze ante cuatro audiencias distintas. En el documental se exponen imágenes y entrevistas que narran las condiciones en las cuales se encontraba Venezuela y que propiciaron el régimen Chavista. Régimen que pasará a la historia como gran caso de estudio sobre la demagogia en una de sus expresiones más dramáticas: el populismo. Aquel fenómeno político que pretende acercar a una organización o individuo a una “clase popular” para después contraponerse a una elite.
¿ Por qué hablar de populismo?
El tema del populismo era algo que tomaba especial relevancia antes del lanzamiento de las campaña electorales de los partidos políticos en el país. Como un esfuerzo para dotar de insumos a la ciudadanía para identificar estrategias de campaña abiertamente engañosas e innecesariamente polarizantes. Las campañas que además, son la primera señal del populismo como sistema de gobierno; desarrollado por quienes logran el poder con estas estrategias para minar la institucionalidad de los países y acumular cuotas cada vez más grandes poder.
La primera proyección del documental se realizó con asistentes de diversas áreas de la ciudadanía. El panel posterior de discusión se llevó a cabo entre Roberto Ardón y Raquel Zelaya. Hablaron acerca como las imágenes del documental debían ser un recordatorio sobre la importancia de volver a darle valor a la política y la función pública. Sobre cómo las instituciones democráticas debían ser protegidas a pesar de los problemas que podían tener en la actualidad.
Roberto Ardón recalcó la importancia de preservar las instituciones medias como iglesias y barrios puesto que los populismos tiene la particularidad de que desangran a las democracias, que se nutren y fortalecen con una sociedad conectada. Además de como la constitución puede ser entendida tanto como un proyecto político a desarrollarse como un medio de control a un poder hobbesiano.
Por otro lado Raquel Zelaya señalo algunas diferencias con la situación venezolana, como el hecho de la ausencia de figuras análogas a Bolívar que puedan ser explotadas por pretendientes del poder para legitimar acciones del tipo que tomaba Chavez. Además de resaltar como el hecho de que seamos una población diversa debería poner un alto al que alguien intente reducirnos a un pueblo. Asimismo hizo un llamado a que no se guarde silencio y a que la juventud no sea ajena a la política puesto que cuando surgen figuras indispensables se da cabida a que empiecen los populismos.
La segunda proyección se realizó con estudiantes de cine quienes tuvieron una discusión enriquecedora con la productora del documental Lorena Gonzalez. Ella explicó cómo durante todo el trabajo del mismo se cuidaron varios elementos como el tono y la objetividad de los entrevistados para que el documental no perdiera su valor como material informativo. Esto a pesar de que muchos de los involucrados son venezolanos directamente afectados por las medidas del régimen, que como ejemplo especialmente resalta el que el largometraje no ha logrado ser exhibida abierta y comercialmente en su país por el contexto de represión. A pesar de estos hechos, mencionó que era de especial interés para ellos estudiar lo sucedido a través del prisma del populismo, puesto que no todos se manifiestan de la misma manera y por lo tanto se requiere de esta clase de material para dar a conocer la historia.
“No todos los populismos son iguales… los venezolanos ya lo saben, pero la película debe ser material para dar a conocer la historia.”
Lorena González
La tercera proyección se realizó en la UFM y contó con la participación de Adriana Thomas y Jesús María Alvarado como panelistas. En la discusión posterior se recalcó el contexto social que permitió el ascenso de Chávez al poder. Un ambiente que empezaba a ser marcado cada vez más por desigualdad entre clases sociales y en donde la población desarrolló un desencanto con las élites del momento. Se profundizó sobre el populismo en el contexto de las democracias, en relación a cómo esta, en puridad, no tenía porqué tener una carga ideológica que le exigiera ser más que un mecanismo para la toma de decisiones políticas. Sin embargo cuando se analiza el éxito que las democracias han tenido en latinoamérica para concretar su programa social y promover el bienestar de sus poblaciones hubo un acuerdo en que en muchos casos se han quedado cortas de las demandas de sus habitantes. Se comentó también cómo en comparación con otras regiones como europa o norteamérica, donde también han nacido estrategias populistas de campaña y gobierno, en nuestro ámbito existe un peligro real de que un populismo degenere en un autoritarismo.
La última proyección se realizó en el Auditorio Jorge Romero Imeri de la USAC donde compartimos con estudiantes de ciencias políticas. La discusión en ese foro se centró en cuestionar algunos detalles más específicos sobre el el populismo. En especial sobre su comparación con otros tipos de autoritarismos y totalitarismos. Se conversó sobre algunas posibilidades como la separación entre el discurso que muchos políticos usan en sus campañas y el que puedan llegar a consumarlo en una forma de gobierno populista. Y sobre como esto en gran medida puede depender de la fortaleza de las instituciones políticas de los países y la actividad de un determinado pueblo para defender sus mejores interés.