En esta edición, titulada «El Salvador sin República», recibimos a dos invitados: Francisco Lira, diputado salvadoreño del partido ARENA, y Rafael P. Palomo, analista político. Junto a ellos, y con la moderación de nuestra presidente, Christa Walters, compartimos un análisis profundo sobre lo que ocurre actualmente en El Salvador y los riesgos que su modelo representa para la región.
Hablamos de poder y de límites, de la tentación autoritaria disfrazada de eficacia, de la paradoja que enfrenta una nación cuando debe elegir entre aplaudir resultados inmediatos o defender principios eternos. Entre relatos de primera mano y análisis profundo, comprendimos algo que la historia insiste en recordarnos: cuando una sociedad renuncia a la República en nombre de la seguridad, termina perdiendo ambas.
Desde el inicio recordamos que nuestro compromiso no es con personas o partidos, sino con principios. Creemos que la libertad, la vida y la justicia son irrenunciables, y que no podemos caer en la trampa de escoger entre seguridad y libertad como si fueran opciones opuestas. Durante el panel se discutió precisamente esta paradoja: la popularidad de Nayib Bukele frente al evidente debilitamiento de los contrapesos institucionales. Enfatizamos en que la concentración de poder nunca es compatible con una República sólida.
Francisco Lira relató cómo desde la oposición en la Asamblea Legislativa se vive la ausencia de contrapesos frente al Ejecutivo. Sus palabras nos recordaron la importancia de la división de poderes, un principio que defendemos porque garantiza el equilibrio y protege al ciudadano de abusos. Rafael P. Palomo, por su parte, explicó la paradoja de un gobierno con altísimos niveles de aprobación que, al mismo tiempo, debilita las libertades fundamentales y silencia a las voces ciudadanas.
Otro punto central de la conversación fue el régimen de excepción. Hicimos memoria de cómo, aunque supuestamente ha reducido los índices de violencia en El Salvador, lo ha hecho a costa de la restricción de derechos fundamentales. En este contraste se planteó la pregunta clave: ¿qué es más peligroso para una república, la inseguridad ciudadana o la concentración de poder?
El diálogo también abordó la situación de la prensa independiente y la libertad de expresión en El Salvador, temas que nos preocupan profundamente. Es sumamente preocupante que cuando un país queda sin libertad de prensa no hay ciudadanía informada, y sin ciudadanos informados no hay democracia posible. Escuchar cómo periodistas y opositores enfrentan consecuencias por fiscalizar al oficialismo fue un llamado de atención que no podemos ignorar.
En el intercambio final, ambos panelistas coincidieron en que Guatemala debe estar alerta. Se hizo énfasis en que Guatemala no es inmune a repetir experiencias similares si no defendemos con firmeza los valores republicanos: la rendición de cuentas, la transparencia y la participación ciudadana. Creemos que la lección es clara: no debemos caer en la tentación de aplaudir soluciones rápidas que se sostienen en la concentración del poder.
Cerramos la jornada convencidos de que espacios como estos son más necesarios que nunca. Hicimos de esta edición de Crónicas Cívicas en el MCN un recordatorio de que la defensa de la República no es tarea de unos pocos, sino responsabilidad de todos los ciudadanos comprometidos con la libertad. Recordamos que la verdadera seguridad sólo puede construirse sobre la base del respeto a la ley y los principios republicanos.