Análisis

El caso de Bolivia

¿Qué lecciones republicanas podemos tomar de lo ocurrido en Bolivia?

La inconformidad con la democracia latinoamericana ha incrementado en los últimos años. El tema ha resonado más este 2019, con diversas protestas ciudadanas pidiendo cambios sociales y políticos. Sin embargo, las noticias del pasado fin de semana se centraron en la renuncia del presidente de Bolivia, Evo Morales. Esto luego de tres semanas de protestas pacíficas provocadas por la gran evidencia de fraude electoral en las elecciones del 20 de octubre.

El malestar de la población en Bolivia no ha sido solamente por la debilidad del tribunal electoral boliviano, el Órgano Electoral Plurinacional, de emitir resultados de manera transparente y continua. Tampoco por las demás irregularidades en el proceso electoral que la Organización de los Estados Americanos hizo visibles en sus reportes post elecciones. El malestar por el reforzamiento de instituciones antidemocráticas y la perpetuación en el poder del líder boliviano vienen desde el 2006. Desde entonces había estado Evo Morales en el poder, sistemáticamente limitando derechos y libertades esenciales en las verdaderas democracias modernas.

Como lo explica la publicación del Human Rights Foundation, el gobierno de Morales violó la libertad de expresión y asociación, llenó los tribunales con sus partidarios y mantuvo al poder judicial bajo su control para poder perseguir a opositores políticos y periodistas, así como perpetuarse en el poder a pesar de los límites constitucionales y el resultado del referéndum del 2016 en el cual los bolivianos votaron por mantener los límites existentes al periodo del mandato presidencial.  

¿Puede considerarse eso un gobierno democrático?

 Definitivamente no y mucho menos uno republicano. 

Las constituciones, en su forma clásica y original deben garantizar dos cosas. La protección de los derechos individuales y la limitación del poder. Lamentablemente en Latinoamérica las constituciones han sido usadas para más que solo esos dos principios. Se les ha incluido un sinfín de artículos con promesas o mecanismos para que puedan ser modificadas al antojo de quien esté en el poder. Esta es una de las razones por las cuales ha sido posible que se perpetúen en el poder líderes populistas que se aprovechan de la confianza de sus seguidores. 

En Bolivia, Evo Morales fue capaz de modificar la constitución e interpretarla a su manera para alargar su permanencia en el poder. Esto, violando los principios republicanos de la alternancia en el poder, la periodicidad de los cargos y la difusión del poder. Estos principios son importantes para evitar que personalismos lleguen al poder y tengan las herramientas para interferir arbitrariamente en la organización del Estado o en la esfera privada de cada ciudadano. 

Las protestas

Por otro lado, las protestas en La Paz pintan una escena vista muchas veces en situaciones similares. Existen grupos que son pro democráticos, otros que incitan la violencia para hacer quedar mal a las protestas y unos cuantos que se apropian de las mismas para transmitir su mensaje y no necesariamente el de la mayoría. Resultan en problemas asociados a la acción colectiva. No obstante, se debe condenar la violencia promovida por grupos paramilitares o grupos civiles. Se debe reestablecer el orden a través de la aplicación de la ley para garantizar la paz y nuevas elecciones transparentes. 

Las protestas en Bolivia, como en otras partes de Latinoamérica nos dejan una gran lección. No debemos descuidar la democracia pues no es un sistema infalible o que puede sostenerse por si solo. Tampoco debemos descuidar la justicia. Esto requiere esfuerzo y participación ciudadana.

Lo que nos muestra la situación política en Bolivia es que la división de poderes es esencial para evitar la concentración del poder. Que esto es solamente posible bajo un estado de derecho que garantice que ningún hombre esté por encima de las leyes o que las pueda tergiversar a su antojo. Las decisiones tomadas por Evo Morales demostraron que, si se tiene al poder judicial en el bolsillo y se modifica la Constitución, las hazañas despóticas no tienen límite. Por ello es importante voltear a ver lo que ha pasado en Bolivia. Comprender que la construcción de instituciones republicanas, incluyentes y legítimas son necesarias para frenar los impulsos de aquellos que quieren destruir la libertad y los derechos individuales en pro de sus intereses particulares. 

La Resistencia – Carolina Bessolo 2019